sábado, 31 de marzo de 2012

Segunda Carta De Apreciación

Droga que me mientes en vena,
que me sonríes ciega...

- Sol, ¿de verdad merece la pena,
  dejar a la luna durmiendo,
  cayendo la nieve fuera?

Sentada en la acera,
tierna, dormilona y agazapada
entre baldosas pisadas llenas de monedas
piensa:

- No necesito más
  de lo que el propio brillo de mis ojos
  me presta... Sólo un inciso:
  vistos los deseos del ser humano y listo.

Y la luna
no volvió a inquietarse en su cuna.

Sólo dejó
que el aleteo del vuelo de los pensamientos
hiciera de su triste figura,
una luna bella, a más, su bella ternura.

Droga que me mientes en vena,
que me sonríes ciega...



                                                                            Alejandro Victoria Romero

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